
El acceso al hombro a través de la artroscopia permite llegar a la articulación sin lesionar los múltiples músculos que la cubren. En lugar de hacer grandes incisiones, vamos a utilizar portales de alrededor de 4 mm para introducir la cámara y el material de trabajo con el que reparar tejidos como el labrum o los tendones rotadores del hombro.
La artroscopia en el hombro la utilizamos tanto para tratar los problemas del manguito rotador como problemas de los ligamentos:
– Tendinitis del supraespinoso
– Rotura del supraespinoso
– Bursitis subacromial
– Problemas de la porción larga del bíceps
– Tendinitis calcificante.
– Luxación de hombro
-Desinserción del Labrum
Muchas de estas lesiones tienen en común el intenso dolor que generan al paciente, no sólo durante el movimiento sino sobre todo en reposo, interfiriendo con el descanso nocturno. La técnica artroscópica permite tratar estas lesiones con el mínimo dolor después de la intervención y una rápida recuperación. Las pequeñas cicatrices de la cirugía apenas son visibles pasados unos meses.
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