¿Qué es un quiste de Baker?
Un quiste de Baker es una bolsa de líquido que forma un bulto o tumoración detrás de la rodilla, y cuyo contenido líquido es el mismo que hay dentro de la articulación de la rodilla; líquido sinovial. También se llama un quiste poplíteo, ya que se localiza en la zona posterior de la rodilla, corva o hueco poplíteo. Este bulto en la zona posterior puede aparecer de manera progresiva, incluso sin que el paciente se de cuenta, o bien aparecer en pocos días y ser molesto o incluso doloroso por la presión que se nota en la cara posterior de la rodilla, o hueco poplíteo. El quiste irá creciendo de tamaño y se abre paso entre los músculos gemelos medial y semimembranoso (en la parte posterior de la rodilla) para se palpable a través de la piel.
¿Qué causa un quiste de Baker?
El quiste de Baker se produce cuando el líquido articular de la rodilla o líquido sinovial, escapa de la articulación hacia la parte posterior de la rodilla. Este líquido articular extravasado forma un pequeño saco de tejido detrás de la rodilla que puede crecer o cambiar su tamaño a lo largo del día. El problema que lleva a la formación de este saco o quiste no es de un exceso de líquido, sino un defecto en la articulación que lo cubre, la cual en condiciones normales es un compartimento estanco impermeable. Por lo tanto, la causa que va a dar este quiste es una lesión capsular siendo las causas mas frecuentes:
– Comienzo de Artrosis de Rodilla; al igual que el cartílago y los meniscos, la cápsula se degenera en la artrosis y se forma un orificio por el cual escapa el líquido articular a la parte posterior de la rodilla.
– Lesión o Rotura de Menisco; una desinserción o arrancamiento del menisco de la cápsula puede dejar un oficio en la cápsula por el que escapa el líquido. De hecho es frecuente la asociación de rotura de cuerno posterior de menisco interno con el Quiste de Baker
– Enfermedades reumáticas o inflamatorias que “se comen” la cápsula articular, como en el caso de la artritis reumatoide
¿Cuales son los sintomas del Quiste de Baker?
Lo mas frecuente es que un quiste de Baker no cause dolor, y el paciente note simplemente un bulto detrás de la rodilla. En ocasiones lo descubrimos durante la exploración ya que el paciente ni siquiera lo había percibido. Muy frecuentemente el paciente nos relata que su tamaño varía de un día a otro o incluso dentro del mismo día, lo cual es consecuencia del mecanismo valvular que crea el orificio capsular. Este mismo mecanismo puede hacer que aumente mucho de tamaño y sea doloroso. Si la presión en el quiste aumenta en extremo, en raras ocasiones el quiste estalla drenado el líquido por los músculos de la pantorrilla, a los que irrita. Este cuadro se puede confundir incluso con una trombosis venosa (hinchazón y enrojecimiento de la pierna).
Cuando el quiste es doloroso, el dolor se percibe detrás de la rodilla y dentro de la pantorrilla superior. Es más probable que el dolor aparezca cuando se dobla la rodilla mucho o al estirarla durante un tiempo mantenido.
¿Cómo se diagnostica el quiste de Baker?
Con una exploración física y una encuesta sobre el dolor y la patología de la rodilla suele ser suficiente para diagnosticarlo o al menos establecer una alta probabilidad. Con una ecografía simple veremos el contenido líquido de características articulares dentro de un saco con lo que confirmamos el diagnóstico. En la práctica diaria habitualmente solicitamos una radiografía o resonancia de la rodilla, no con el objetivo de ver el quiste, sino con el objetivo de conocer la causa que lo ha creado y ver el estado de la rodilla siendo lo mas frecuente; artrosis incipiente de rodilla o rotura del menisco interno.
¿Como se trata un Quiste de Baker?
El quiste de Baker puede desaparecer por sí solo, o desparecer un tiempo y volver a aparecer en el futuro. Si los traumatólogos confirmamos que existe una artrosis o lesión meniscal que está causando el quiste de Baker, habitualmente proponemos tratar el problema principal, puesto que tratando la causa, el quiste y sus molestias asociadas desaparecen.
En algunos casos que el quiste no desaparece, o si está causando mucho dolor, podemos drenar el quiste con una aguja. Habitualmente aprovechamos este pinchazo para administrar una inyección cortico-esteroides con el doble objetivo de reducir la hinchazón y atrofiar (cerrar) el saco que se ha creado en la zona posterior de la rodilla. Para realizar esta técnica, lo idóneo es realizarlo bajo control ecográfico con lo que nos aseguramos de vaciarlo entero y además evitamos dañar otras estructuras tan importantes como la arteria poplítea, que es la principal arteria de la pierna y esta justo al lado del quiste.
En casos raros, un quiste de Baker se elimina mediante una cirugía, en la que se enviará a analizar para descartar otras patología mas raras y graves.
Cualquiera de los tratamiento previos debe ir acompañado de periodos de reposo, hielo, antiinflamtorios locales y el uso de bastón o muletas si existe cojera. El uso de una venda elástica alrededor de la rodilla puede ayudar a colapsar el quiste y evitar que se introduzca líquido de nuevo, siempre dando al vendaje una tensión no muy elevada para evitar tumefacción de la pierna. En general evitamos el uso de antiinflamatorios orales y proponemos su uso tópico. Si realmente el dolor en la rodilla es muy limitante y vemos un quiste o bulto de este tipo, lo mas probable es que el dolor venga de dentro de la rodilla (cartílago o menisco).
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