¿Qué es la artroscopia?

La artroscopia es un procedimiento quirúrgico común en el cual una articulación (“artro”) se visualiza (“escopia”) usando una cámara pequeña de 4 milímetros de diámetro.   La artroscopia nos otorga a los cirujanos la capacidad de tener una visión directa del interior de las articulaciones, así como la posibilidad de palpar directamente y probar la resistencia de las estructuras que estas contienen.

Esta capacidad hace de la artroscopia la mejor técnica para el diagnóstico que existe para lesiones dentro de la articulación, por encima de pruebas como la resonancia magnética. El poder probar la resistencia de un ligamento tirando de él directamente, o someter a estrés al cartílago nos revela en ocasiones lesiones que pasan desapercibidas en las pruebas de imagen. Esto es debido en parte a que las pruebas son reconstrucciones informáticas a partir de una serie de “cortes” de nuestra anatomía mientras estamos tumbados (sin peso en las articulaciones). En otras ocasiones podemos ver como una lesión de mal pronóstico en la resonancia, no lo es tanto, o está en proceso de cicatrización durante la artroscopia.

Además de ver y diagnosticar, la artroscopia nos permite tratar muchas de las patologías articulares más frecuentes. De hecho, cada día aumenta el número de intervenciones que somos capaces de hacer por esta técnica, que pertenece a la familia de las técnicas mínimamente invasivas (sin incisión).

 

¿En qué consiste la artroscopia?  

En líneas generales la artroscopia consiste en realizar pequeñas incisiones en la piel a través de los cuales introducimos la cámara y los instrumentos de trabajo, ambos de un diámetro de entre 3 y 9 mm de diámetro dependiendo de la articulación. El artroscopio (cámara) envía las imágenes en tiempo real a un monitor de alta definición, por el cual los cirujanos controlamos la cirugía en directo. Durante la intervención se van a utilizar varios litros de suero estéril que circulan a través de la articulación en un sistema de entrada a presión y salida por aspiración. Este suero aumenta temporalmente el espacio articular para permitir la visión y además elimina proteínas inflamatorias de dentro de la articulación. Entre los instrumentos que utilizamos durante la intervención, algunos son comunes a las artroscopia de todas las articulaciones;

– Gancho palpador: De 3 mm, lo utilizamos para tirar de las estructuras ligamentosas y tendinosas, y palpar el cartílago y las partes duras.

– Sinoviotomo: De entre 3 y 5mm, hace la función de “afeitadora”, y lo utilizamos tanto para extirpar tejido dañado, como para quitar tejido inflamatorio.

– Vaporizador: es el equivalente al bisturí eléctrico que utilizamos en cirugía abierta, con él coagulamos los pequeños vasos y cauterizamos partes blandas

Además de estos existen múltiples instrumentos específicos en función de la intervención que estemos realizando, como anclajes para ligamentos/tendones, brocas para realizar túneles, o dispositivos específicos para reparar el cartílago.

La técnica artroscópica se puede realizar en cualquier articulación (incluso en la mandíbula) sin embargo, las articulaciones más frecuentes en las que se utiliza son la rodilla y el hombro seguidas por el tobillo y la muñeca.

La artroscopia de rodilla es la cirugía mas habitual dónde utilizamos esta técnica. Pronto os explicaré esta técnica detalladamente a través de un video.
La artroscopia de hombro  a diferencia de la rodilla no permite la utilización de torniquete. Habitualmente se realiza bajo una sedación profunda o incluso anestesia general, para que el proceso sea más confortable para el paciente, ya que los cirujanos trabajamos junto a la cabeza.

La artroscopia de tobillo, sí que es prácticamente idéntica a la artroscopia de rodilla tal y como os muestro en el siguiente vídeo, con la diferencia que utilizamos habitualmente instrumental algo más pequeño que en el caso de la rodilla y un estribo para tirar del pie en los casos de tobillos pequeños.

La artroscopia de mano y codo (menos frecuente) igualmente se está utilizando cada vez más para tratar lesiones como los gangliones o la epicondilitis. Por su parte la artroscopia de cadera es una técnica de mayor dificultad, y riesgo quirúrgico, al ser una articulación de mas difícil acceso. En esta técnica se utiliza además del artroscopio, control de radioescopia y una tracción en la pierna para aumentar el espacio articular. Su utilización hoy en día se limita a tratar lesiones del labrum articular y algunos tipos de choque femoro-acetabular.

 

 ¿Qué lesiones se tratan con artroscopia?

La artroscopia ha sustituido en los últimos años a la cirugía abierta para tratar la mayor parte de las lesiones de rodilla y hombro que no requieren una sustitución protésica. En el caso de la rodilla las intervenciones más frecuentes que se realizan por artroscopia son las siguientes:

– Lesión o rotura de meniscos (Pulsa aquí para ver Extirpación Menisco por Artroscopia) (Pulsa aquí para ver Sutura Menisco por Artroscopia)

– Rotura de ligamento cruzado anterior (Pulsa aquí para ver Cirugía Cruzado Anterior por Artroscopia)

– Rotura de ligamento cruzado posterior (Pulsa aquí para ver Cirugía Cruzado Posterior por Artroscopia)

– Lesiones del cartílago de la rodilla

– Quistes en la rodilla (Pulsa aquí para ver Cirugía Quiste Parameniscal por Artroscopia)

– Luxación de rodilla o lesiones multi-ligamentosas

– Condromalacia rotuliana y tendinopatia del tendón rotuliano

En el caso de la artroscopia de hombro, esta técnica se ha estandarizado para tratar las lesiones mas frecuentes por las que consultáis en consulta:

– Lesión o rotura de tendones del manguito, como el supraespinoso

– Síndrome subacromial (Pulsa aquí para ver Cirugía Subacromial por Artroscopia)

– Inestabilidad o luxación de hombro

– Lesiones del labrum, entre ellas las lesiones SLAP

– Lesiones de la porción larga del bíceps

En el caso del tobillo la utilizamos para tratar lesiones del cartílago del astrágalo, para el impingement o pinzamiento de tobillo (Pulsa aquí para ver Cirugía de Pinzamiento tobillo por artroscopia) y para fusionar la articulación en casos de artrosis avanzada (artrodesis de tobillo).

Las artroscopias en el resto de articulaciones se utilizan menos que en la rodilla y en el hombro, al ser menos frecuentes las lesiones que se tratan con esta técnica.

 

¿Qué ventajas tiene la artroscopia?

Las principales ventajas de la artroscopia frente a la cirugía abierta no están en la forma de reparar la lesión que intervenimos, sino en la rapidez de la recuperación y la disminución del dolor tras la cirugía. Realizar una cirugía por artroscopia implica “hacer los mismo que hacemos en cirugía abierta” pero por una técnica mínimamente invasiva. Las principales ventajas de utilizar técnicas mínimamente invasivas como la artroscopia son:

– Una recuperación mas rápida

– Menor estancias hospitalaria

– Menos defecto estético

– Menor infección y problemas de cicatrización

La combinación de estas ventajas, hace que muchas de las intervenciones que realizamos hoy en día en cirugía ortopédica y traumatología deportiva permitan al paciente ir a casa el mismo día de la intervención e incorporarse a sus actividades habituales en cuestión de un par de semanas. En contrapartida la dificultad de una intervención por artroscopia para el cirujano es mayor, lo que requiere una mayor curva de aprendizaje de cada técnica, en comparación con la técnica abierta y en ocasiones intervenciones mas largas.

 

¿Cómo es la recuperación tras la artroscopia?

La recuperación de una artroscopia no va a depender de la artroscopia en sí misma, sino de la técnica quirúrgica que se haya realizado. Si realizamos una artroscopia para aumentar el espacio subacromial o resecar un trozo de menisco roto, desde el día siguiente podemos hacer todas las actividades que el dolor nos permita. Sin embargo, si hemos reconstruido un ligamento o reparado una rotura tendinosa del supraespinoso, tendremos que realizar un programa específico postoperatorio mientas la lesión cicatriza. En cualquier caso va a haber una serie de pautas comunes, que incluyen recuperar la movilidad articular, recuperar la musculatura y la propiocepción. Para ver en detalles esta técnica ve a la sección de ejercicios.

 

¿Se puede utilizar la artroscopia para tratar tendones ?

La respuesta es que sí se puede utilizar esta misma técnica fuera de las articulaciones, pero la denominación correcta en estos casos es tenoscopia o endoscopia en función de la intervención. La técnica endoscópica permite tratar lesiones del tobillo como la tendinopatía del Aquiles y peroneos, el síndromde de Haglund y síndromes tan frecuentes como la trocanteritis y la cadera en resorte. En esencia la técnica es la misma, utilizamos la cámara creando un espacio virtual de trabajo alrededor del tendón y a través de unas mínimas incisiones realizamos la cirugía con visión directa. En muchas ocasiones utilizamos el ecógrafo a la vez para localizarnos desde la piel la estructuras a tratar y otros estructuras como nervios en la zona para marcarlos y evitar dañarlos. En este video podeis ver come es la cirugía endoscópica que utilizamos para trata la trocanteritis y la cadera en resorte, en una paciente con un resorte en la fascia lata